martes, 28 de abril de 2015

Necronomicon

Jeffrey Combs como H.P. Lovecraft en H.P. Lovecraft´s: Necronomicon (1993)
El Necronomicon es un grimorio (libro mágico) ficticio que aparece en las historias del escritor de horror H. P. Lovecraft y su círculo y seguidores. Su primera aparición es en la historia corta de Lovecraft "El Sabueso" ("The Hound"), escrita en 1922. Su supuesto autor fue Abdul Alhazred, conocido como "el Árabe Loco", citado por primera vez por Lovecraft en "La Ciudad Sin Nombre" ("The Nameless City"), un año antes. Entre otras cosas, la obra contiene una relación de los Primigenios, su historia, y los medios para convocarlos.

Otros autores como August Derleth y Clark Ashton Smith también citaron este libro en sus obras; Lovecraft aprobó esta medida, creyendo que las alusiones comunes ayudarían a construir "un trasfondo del mal con verosimilitud" ("a background of evil verisimilitude."). Muchos lectores han creído que es un trabajo real, con libreros y bibliotecarios que reciben muchas solicitudes sobre el mismo; se han dado casos de bromistas que lo han enumerado en catálogos de libros raros, y un estudiante insertó de forma furtiva una tarjeta sobre el Necronomicon en el catálogo de tarjetas de la Biblioteca de la Universidad de Yale.

No está claro como concibió Lovecraft el nombre de Necronomicon, aunque Donald R. Burleson argumenta que la idea del libro deriva de Nathaniel Hawthorne, aunque el propio Lovecraft señaló que los "manuscritos mohosos ocultos" ("mouldy hidden manuscripts") eran uno de los valores característicos de la literatura gótica.

El autor afirma que el título le vino en un sueño. Una de las fuentes conocidas que pudieron inspirar al escritor de Providence es "El Rey de Amarillo", una colección de historias cortas escritas por Robert W. Chambers, que se centran en torno a una misteriosa y perturbadora obra de teatro en forma de libro.

Lovecraft escribió que el título, traducido del griego, quiere decir "Imagen de la Ley de los Muertos" ("an image of the law of the dead"): nekros - νεκρός ("muerte"), nomos - νόμος ("ley"), eikon - εικών ("imagen"). Por su parte, Robert M. Price notó que el título puede tener varias traducciones, que interpretó como "Libro de los nombres de los muertos", "Libro de las leyes de los muertos", "Libro de los nombres muertos" y "Conocedor de las leyes de los muertos".

Breve, pero completo, resumen de la historia de este libro, de su autor, de diversas traducciones y ediciones desde su redacción (en el 730) hasta nuestros días.
Edición conmemorativa y limitada a cargo de Wilson H. Shepherd, The Rebel Press, Oakman, Alabama.


El título original era Al-Azif, Azif era el término utilizado por los árabes para designar el ruido nocturno (producido por los insectos) que, se suponía, era el murmullo de los demonios. Escrito por Abdul Al Hazred, un poeta loco huido de Sanaa al Yemen, en la época de los califas Omeyas hacia el año 700. Visita las ruinas de Babilonia y los subterráneos secretos de Menfis, y pasa diez años en la soledad del gran desierto que se extiende al sur de Arabia, el Roba el-Khaliyeh, o "Espacio vital" de los antiguos, y el Dahna, o "Desierto Escarlata" de los árabes modernos. Se dice que este desierto está habitado por espíritus malignos y monstruos tenebrosos. Todos aquellos que aseguran haber penetrado en sus regiones cuentan cosas extrañas y sobrenaturales. Durante los últimos años de su vida, Al Hazred vivió en Damasco, donde escribió el Necronomicón (Al-Azif) y por donde circulan terribles y contradictorios rumores sobre su muerte o desaparición en el 738. Su biógrafo del siglo XII, Ibn-Khallikan, cuenta que fue asesinado por un monstruo invisible en pleno día y devorado horriblemente en presencia de un gran número de aterrorizados testigos. Se cuentan, además, muchas cosas sobre su locura. Pretendía haber visto la famosa Ilrem, la Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de una inencontrable ciudad del desierto los anales secretos de una raza más antigua que la humanidad. No participaba de la fe musulmana, adoraba a unas desconocidas entidades a las que llamaba Yog-Sothoth y Cthulhu.

En el año 950, el Azif, que había circulado en secreto entre los filósofos de la época, fue traducido ocultamente al griego por Theodorus Philetas de Constantinopla, bajo el título de Necronomicón. Durante un sigo, y debido a su influencia, tuvieron lugar ciertos hechos horribles, por lo que el libro fue prohibido y quemado por el patriarca Michael. Desde entonces no tenemos más que vagas referencias del libro, pero en el 1228, Olaus Wormius encuentra una traducción al latín que fue impresa dos veces, una en el siglo XV, en letras negras (con toda seguridad en Alemania), y otra en el siglo XVII (probablemente en España). Ninguna de las dos ediciones lleva ningún tipo de aclaración, de tal forma que es sólo por su tipografía que se supone la fecha y el lugar de impresión. La obra, tanto en su versión griega como en la latina, fue prohibida por el Papa Gregorio IX, en el 1232, poco después de que su traducción al latín fuese un poderoso foco de atención. La edición árabe original se perdió en los tiempos de Wormius, tal y como se dijo en el prefacio (hay vagas alusiones sobre la existencia de una copia secreta encontrada en San Francisco a principios de siglo, pero que desapareció en el gran incendio). No hay ningún rastro de la versión griega, impresa en Italia, entre el 1500 y el 1550, después del incendio que tuvo lugar en la biblioteca de cierto personaje de Salem, en 1692. Igualmente, existía una traducción del doctor Dee, jamás impresa, basada en el manuscrito original. Los textos latinos que aún subsisten, uno (del siglo XV) está guardado en el Museo.



Británico y el otro (del sigo XV) se halla en la Biblioteca Nacional de París. Una edición del siglo XVII se encuentra en la Biblioteca de Wiedener de Harvard y otra en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic, en Arkham; mientras que hay una más en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires. Probablemente existían más copias secretas, y se rumoreaba persistentemente que una copia del siglo XV fue a parar a la colección de un célebre millonario norteamericano. Existe otro rumor que asegura que una copia del texto griego del siglo XVI es propiedad de la familia Pickman de Salem; pero es casi seguro que esta copia desapareció, al mismo tiempo que el artista R.U. Pickman, en 1926. La obra está severamente prohibida por las autoridades y por todas las organizaciones legales inglesas. Su lectura puede traer consecuencias nefastas. Se cree que R.W. Chambers se basó en este libro para su obra El rey en amarillo

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