sábado, 3 de noviembre de 2018

El habitante (2017)

Título: El habitante
Título original: El habitante
País: México
Productora: Coproducción México-Chile; Bh5 Group / Sobras International Pictures
Director: Guillermo Amoedo
Guión: Guillermo Amoedo
Reparto: Gabriela de la Garza, María Evoli, Pablo Guisa Koestinger, Fernando Becerril, Carla Adell, Vanesa Restrepo, Luis Eduardo Reyes, Flavio Medina, Arnoldo Picazzo, Liz Dieppa, Julián Fidalgo, Shira Barzilai, Natasha Cubria
Sinopsis:
Tres hermanas entran en la casa de un senador con la intención de robar un dinero obtenido a base de sobornos, pero, una vez dentro, comienzan a escuchar extraños gritos provenientes del sótano. Atada a una cama, las hermanas encuentran a la hija parapléjica del senador, con síntomas de haber sido torturada, y que actúa de un modo extraño. (FILMAFFINITY)
Crítica:
El habitante es una película mexicana de terror muy meritoria, aunque no carente de algunos defectos al tratar de meter demasiados giros argumentales, lo que hace que a veces surjan detalles tramposos o sin toda la coherencia necesaria. Pese a todo, resulta un producto muy interesante que vuelve a reincidir en el tema de la posesión demoníaca de manera que recuerda al inmortal clásico El Exorcista de William Peter Blatty que fue muy bien adaptada al cine por William Friedkin en 1973 y hasta ahora sin superar ninguna de las dos.

Aunque cae en un tema muy manido, el de la posesión demoniaca, logra dar una perspectiva propia utilizando muy pocos efectos digitales, restringiendo el escenario dentro del cual se desarrolla la película a unas cuantas habitaciones de la mansión (aunque podemos verla prácticamente entera con escenas cortas) y, como hace Pazuzu en la obra de Blatty, el demonio ataca a los demás personajes hiriéndoles en lo psicológico, jugando con sus miedos y culpas y generando una imaginería que ahonda en estas. Así se evade de trucos y técnicas habituales del terror, al menos en su concepción más moderna cinematográfica, para ahondar en la psicología de los personajes y los traumas que arrastran.

Se trata de una película sin un presupuesto desbordante pero que sabe manejar muy bien los escenarios y la atmósfera, con unos personajes atormentados y llenos de culpas y oscuros secretos que el demonio utiliza a su favor para torturarles psicológicamente. Por ello, pese a algún fallo que pueda surgir por los giros argumentales, resulta una obra meritoria e interesante de ver.

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