sábado, 3 de octubre de 2015

Books from the Crypt #87: Justicia ciega

Título: Justicia ciega: Un caso de Sirh John Fielding
Título original: Blind Justice
Año: 1994
Autor: Bruce Alexander
Género: Policiaca
Sinopsis:
Al morir su padre, el joven Jeremy Proctor viaja a Londres con el propósito de perfeccionarse en el oficio paterno, la impresión de libros. Sin embargo, no tarda en caer en la trampa de unos hampones bien conocidos por la justicia y debe comparecer ante el juez Fielding. Para evitar que caiga en las garras de la delincuencia, el juez lo toma a su servicio y se convierte así en su asesor en la investigación de un enigmático asesinato: la víctima apareció muerta en una estancia cerrada a cal y canto y se le encontró con un arma en la mano. A través de las pesquisas de esta singular pareja Bruce Alexander ofrece un vívido retrato del Londres de la época, de las oscuras tascas a las luces del teatro y de los callejones más peligrosos a las lujosas oficinas de la Lloyd's.

Lo más atrayente de la serie sea el componente policíaco a lo Conan Doyle. El protagonismo concedido a John Fielding, ciego pero heredero de la biblioteca particular de Henry Fielding, es un auténtico hallazgo, y el modo en que se recrea la investigación a partir de los olores, las texturas, el tono de las voces, etcétera es un recurso absolutamente original, muy atractivo y de gran efectividad. Una serie que no se puede perder ningún amante del misterio o el crimen.

Crítica:
Justicia ciega es una novela policíaca de la serie del juez ciego John Fielding, escrita por Bruce Alexander, seudónimo de Bruce Cook. Ambientada en 1768, la novela es un excelente retrato de la sociedad inglesa de la época, aunque en la portada de la edición española se pueda ver una imagen claramente victoriana, de un siglo más tarde. Narrada desde el punto de vista de Jeremy Proctor, un joven algo ingenuo que llega a Londres en busca de trabajo como ayudante en una imprenta, cuenta las vivencias que llevan al joven protagonista a desplazarse hasta la capital británica, así como las nefastas consecuencias que le ponen en contacto con Sir John Fielding, un juez ciego y estricto pero justo. De esta forma se crea una curiosa pareja de detectives: el inteligente veterano investigador y el novato aprendiz, que, en ocasiones recuerdan a la pareja de Conan Doyle, como un Holmes y un Watson de un tiempo anterior. Proctor se convierte en los ojos de Sir John, quien, al carecer de la vista, se apoya en el joven para que le describa con todo lujo de detalles las escenas del crimen, así como el lenguaje corporal del interpelado al hacer un interrogatorio. Por su parte, Sir John va tomando poco a poco cariño al chico, convirtiéndolo en su protegido. De esta manera, ambos van formando una relación de amistad, que por momentos se torna paterno-filial, mientras van investigando un brutal crimen: la extraña muerte de un Lord que ha recibido un disparo en plena cara en una habitación cerrada. Aunque este arquetipo del género policial y de detectives no es nuevo, el autor sabe sacarle provecho y explotarlo adecuadamente. Por ello, Justicia ciega es una excelente recomendación dentro del género, una novela amena, con una excelente representación histórica de la época en la que se ambienta y una interesante trama de investigación. La elección de los personajes protagonistas es muy acertada y aporta la peculiaridad de contar con un investigador ciego, pero perspicaz y un joven ayudante novato e ingenuo. Sin duda, Bruce Alexander ha sabido construir una novela que no defrauda al lector, y que sabe explotar apropiadamente un recurso como el crimen de habitación cerrada.

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