Título original: The House of the Borderland
Año: 1908
Autor: William Hope Hodgson
Género: Terror / Horror sobrenatural
Sinopsis:
William Hope Hodgson (1875-1918) es sin duda
uno de los representantes más originales de lo que se ha dado en
llamar el «cuento materialista de terror». La asombrosa facilidad
de Hodgson para recrear atmósferas angustiosas y oprimentes
fascinó a H.P.
Lovecraft y los escritores de su círculo. A propósito
de esta obra, decía Lovecraft: «La casa en el
confín de la Tierra (1908) -quizá la mejor de todas
las obras de Hodgson- trata de un caserón solitario y temido
de Irlanda, que constituye el centro de espantosas fuerzas del trasmundo
y soporta el asedio de híbridas y blasfemas anormalidades que surgen
de secretos abismos inferiores. Los vagabundeos del espíritu del
narrador durante ilimitados años-luz del espacio cósmico
y kalpas de eternidad y su asistencia a la destrucción final del
sistema solar, son algo casi único en la literatura fantástica.
Por lo demás, a lo largo de la historia se pone de manifiesto la
capacidad del autor para sugerir horrores vagos y emboscados en un escenario
natural.»
Crítica:
La casa en el confín de la Tierra es una de las obras más conocidas de Hodgson, en donde el autor desarrolla plenamente el horror sobrenatural y cósmico a través del diario de un hombre al que sólo conocemos como el Recluso. A través del mismo, se nos plantea un atisbo del terror de una forma completamente absorbente con una atmósfera muy bien desarrollada y que atrapa al lector. A través de las vivencias reflejadas en el diario por el habitante de la enigmática casa, nos adentramos en un viaje delirante y aterrador hacia otras dimensiones y hacia un posible futuro a lo largo de la eternidad.
Hodgson, en esta novela, se desata y desborda todos los límites al construir una obra que combina un entorno puramente atmosférico con momentos más viscerales y físicos, como el asedio de la casa por las cosas que la acechan. Al mismo tiempo se desvela como un narrador primordial para comprender el horror cósmico lovecraftiano, al servir como inspiración y base al Maestro de Providence. El viaje en el tiempo del Recluso se convierte en una exaltación de la weird fantasy y del terror más allá de los límites conocidos al explorar ese futuro incierto y terrible en el que el narrador asiste al final del sistema solar. Atisbos de locura, de otros planos de existencia, como el Mar de los Sueños, o la llanura del silencio, se entrecruzan con la deseseración y la lucha contra los horrores que surgen de las profundidades de la tierra y que se convierten e en un símbolo de la maldición que acecha la casa.
Así, nos encontramos con una perspectiva diferente, aterradora, única y sorpredente del arquetípico escenario de la casa maldita o encantada. La narración en primera persona del diario del Recluso ofrece un texto inmersivo, que ofrece al lector escenas de pura contemplación de una prosa sorprendente, así como momentos de acción que no dan un respiro. Sin diálogos más allá de algunos breves intercambios verbales entre los excursionistas que encuentran el diario, puede hacerse una lectura algo pesada por esta característica, pero La casa en el confín de la Tierra es una novela que no hay que dejar pasar. Un título que se convierte, por derecho propio, en uno de los grandes del género.
La casa en el confín de la Tierra es una de las obras más conocidas de Hodgson, en donde el autor desarrolla plenamente el horror sobrenatural y cósmico a través del diario de un hombre al que sólo conocemos como el Recluso. A través del mismo, se nos plantea un atisbo del terror de una forma completamente absorbente con una atmósfera muy bien desarrollada y que atrapa al lector. A través de las vivencias reflejadas en el diario por el habitante de la enigmática casa, nos adentramos en un viaje delirante y aterrador hacia otras dimensiones y hacia un posible futuro a lo largo de la eternidad.
Hodgson, en esta novela, se desata y desborda todos los límites al construir una obra que combina un entorno puramente atmosférico con momentos más viscerales y físicos, como el asedio de la casa por las cosas que la acechan. Al mismo tiempo se desvela como un narrador primordial para comprender el horror cósmico lovecraftiano, al servir como inspiración y base al Maestro de Providence. El viaje en el tiempo del Recluso se convierte en una exaltación de la weird fantasy y del terror más allá de los límites conocidos al explorar ese futuro incierto y terrible en el que el narrador asiste al final del sistema solar. Atisbos de locura, de otros planos de existencia, como el Mar de los Sueños, o la llanura del silencio, se entrecruzan con la deseseración y la lucha contra los horrores que surgen de las profundidades de la tierra y que se convierten e en un símbolo de la maldición que acecha la casa.
Así, nos encontramos con una perspectiva diferente, aterradora, única y sorpredente del arquetípico escenario de la casa maldita o encantada. La narración en primera persona del diario del Recluso ofrece un texto inmersivo, que ofrece al lector escenas de pura contemplación de una prosa sorprendente, así como momentos de acción que no dan un respiro. Sin diálogos más allá de algunos breves intercambios verbales entre los excursionistas que encuentran el diario, puede hacerse una lectura algo pesada por esta característica, pero La casa en el confín de la Tierra es una novela que no hay que dejar pasar. Un título que se convierte, por derecho propio, en uno de los grandes del género.
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